Pena de estar lejos
A Mauricio, Daniel, Arturo, Cheyito, Jirafa, Maribel, Pasionaria, Liz, Idalia, Gabby, Belkys y Push&Pull

1. ¡Uyas!

"Tigre, los recuerdos y las despedidas son como los "blue demon" que a uno le "prijbaschtat" después de los chupes; dan miedo y uno alucina y le da "white death" o "belní" después de fumarte tu respectivo "alacrán de konopo". ¿Verdá que si mi Tayguer?" (Bismarck Herrera).

No fue fácil. Sentí la extraña sensación de que penetraban [¡jeeelah!] en mi panza filosos y relucientes alfanjes, tras recibir los mensajes de Marlon, Ismael y del Chele Juan (v. el destace descomunal perpetrado por los gemelos Vicario, con premeditación, alevosía y ventaja en la indefensa humanidad de Santiago Nasar /Gabo, "Crónicas de una muerte anunciada", 1° Edición, Ed. Bruguera, Barcelona, pp. 96 y ss.). Por lo anterior, le profeso un pánico gélido y fúnebre a la palabra despedida.

Revolotearon en mi memoria muchas imágenes. Vinieron, pues, como por asalto, los planos inolvidables en Casablanca (1942), justo en un aeródromo, en los que Rick (Humphrey Bogart) e Ilse (Ingrid Bergman) se besan apasionadamente y se despiden. Rick deja para la historia del cine la frase "Here's looking at you, kid". Cómo olvidar Doctor Zhivago, tragedia que narra Pasternak (Premio Nobel 1958), llevada al cine por el consagrado "reyisior" inglés David Lean (1965), en la que el Doctor y poeta Yuri Zhivago y la enfermera Lara, muy a pesar del amor entrañable e imposible que ambos personajes se profesan entre sí, la guerra los obliga a separarse y despedirse para siempre, después de haber vivido refugiados por algún tiempo en Verynko.
Tiempo después, Zhivago muere en una fonda citadina de un paro cardíaco tras ver pasar de incógnito por la calle a su amada Lara. Pero lo más trágico fue el dolor de Lara al despedirse–"svogon, svogon, svogon, svogon kasax"--de su bebito que jamás volvería a ver. Lara muere en un campo de concentración en Siberia. Recordé, además, un soneto de César Vallejo (v. Los Heraldos Negros, Ed. Losada, Buenos Aires, 1992, ps. 21). En el soneto "Ausente", --a propósito de despedidas y culpas— dice el bardo peruano: "Ausente! Y en tus propios sufrimientos/ha de cruzar entre un llorar de bronces/una jauría de remordimientos!".

Si. Remordimientos siento todavía a estas alturas del derby por lo que pude ser y no fui. Luego, evoqué a Neruda en su "Poema 20" que dice: "Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos". Cierto. Lo dicho por el autor del "Canto General", me demuestra una y otra vez que "sled dvaicet godini" ¡cuánto hemos cambiado…para bien o para mal". El devenir, na istina no perdona. Y, al final, ¡oh, dolor!, vino como avalancha a mis recuerdos la otra despedida "casi" para siempre –en la Sofiiska Aerogara--de mis amigas y amigos que por muchos años compartieron conmigo en Bulgaria buenos y malos momentos. Guardo celosamente en mi memoria –consuelo de burros--severamente castigada por los años, muchos momentos inolvidables e irrepetibles por supuesto, que viví con algunos de mis hermanos y hermanas que hoy tengo la oportunidad de ver y reconocer en el Tapas Tours Nicaragua 2009.